El tratamiento PRF, o tratamiento con fibrina rica en plaquetas, es un procedimiento médico que utiliza la propia sangre del paciente para favorecer la cicatrización y el rejuvenecimiento en diversas zonas del cuerpo. Aunque el tratamiento con PRF puede ser eficaz para diversas afecciones cutáneas, no es adecuado para todo el mundo.
Las personas que desean mejorar la salud y el aspecto de su piel, incluidas aquellas con cicatrices, arrugas, líneas finas, pigmentación y pérdida de volumen, pueden ser buenas candidatas para el tratamiento con PRF. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los pacientes con antecedentes de cáncer, incluidos cánceres de piel, melanomas u otros tipos de cáncer, no son aptos para el tratamiento con PRF, ya que puede favorecer el crecimiento de células cancerosas.
Además, los pacientes con enfermedades autoinmunes, trasplantes de órganos, trastornos hemorrágicos o que precisen tratamiento anticoagulante o tengan hemorragias activas no deben someterse al tratamiento con PRF. Los pacientes que reciben terapia inmunosupresora tampoco pueden optar a este tratamiento.
Es esencial que consulte a un profesional sanitario o a un médico para determinar si alguno de sus problemas de salud actuales podría dificultar el tratamiento con PRF. Sólo las personas generalmente sanas y sin enfermedades subyacentes que puedan aumentar los riesgos de la intervención deben considerar el tratamiento con PRF.